01 INTRODUCCIÓN
El ser humano es un animal vertebrado y como tal su nutrición es heterótrofa; por tanto ingiere materia orgánica ya elaborada para obtener nutrientes. Dichos nutrientes son utilizados para reparar y formar nuevas células en el cuerpo y también para obtener la energía necesaria para los procesos vitales.
La FUNCIÓN DE NUTRICIÓN humana comprende todos los procesos relacionados con la obtención y procesado de nutrientes necesarios para realizar sus funciones vitales; de modo que en sentido amplio incluye:
- Captura e ingestión de los alimentos
- Digestión de los alimentos
- Absorción o paso de los nutrientes útiles al líquido circulatorio
- Transporte y reparto de nutrientes a todas las células del cuerpo
- Intercambio de gases: obtención de O2 y generación de CO2
- Utilización de nutrientes, metabolismo a nivel celular
-
Excreción y/o eliminación de desechos

En esta UD nos centraremos en el estudio de la anatomía y fisiología del aparato digestivo. El resto de aparatos implicados en la función de nutrición se estudiaran en las UD sucesivas.
02 ETAPAS DEL PROCESO DIGESTIVO
Aunque el nombre de este aparato sólo alude a la digestión, también realiza absorción, junto con otros dos procesos adicionales que obviamente van implícitos: ingestión y defecación. Las etapas del proceso digestivo son las siguientes:
Ingestión. Corresponde a la entrada de los alimentos en el organismo, interviene la boca, y en cierto modo todas las estructuras especializadas que facilitan la captura de los alimentos. La deglución sería el proceso de tragar el alimento (llevarlo de la boca al estómago).

Digestión. Es el proceso de conversión de los alimentos en nutrientes, es decir, en moléculas sencillas (monómeros) que puedan ser aprovechadas por las células del cuerpo. Las enzimas segregadas por el aparato digestivo transforman las macromoléculas en monómeros. Los alimentos formados por compuestos de pequeño tamaño, como el agua y las sales minerales no sufren digestión.
- Proteínas –> Aminoácidos
- Polisacáridos –> Monosacáridos
- Lípidos complejos, grasas –> glicerina, ácidos grasos, (depende del tipo de lípido)
- Ácidos nucleicos –> Monosacáridos, bases nitrogenadas y ácido fosfórico

Generalmente la digestión es a la vez mecánica (dientes y/o músculos que trituran y mezclan los alimentos) y química, mediante procesos de hidrólisis, que son realizados por los enzimas digestivos.
Absorción. En este proceso las moléculas simples (nutrientes) obtenidas en la digestión, pasan al aparato circulatorio para ser distribuidas por todo el cuerpo. Gracias a la absorción se incorporan al organismo.
Defecación. Consiste en la expulsión al exterior de los residuos. Estos restos de digestión que reciben el nombre de heces o excrementos, son los desechos de los alimentos que no han podido ser digeridos y/o absorbidos.

03 EL APARATO DIGESTIVO
El aparato digestivo está formado por el tubo digestivo (boca, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso) y las glándulas anejas (glándulas salivales, gástricas e intestinales, hígado y páncreas).

04 INGESTIÓN
04.1 CAVIDAD ORAL
El proceso se inicia en la cavidad bucal u oral, un área delimitada por los dientes. La ingestión se realiza con las mandíbulas, la mandíbula inferior es móvil y se abre para captura del alimento. La cavidad bucal contiene también la lengua, un órgano muscular que ocupa el suelo de la boca. El frenillo lingual es un pliegue de membrana mucosa que fija la lengua al suelo de la boca y limita sus movimientos posteriores. La lengua contiene papilas gustativas que sirve para saborear el alimento y alertar de posibles intoxicaciones.

En la cavidad bucal se realizan dos procesos importantes, masticación y amasado e insalivación.
- La masticación es un proceso puramente mecánico, por el que los dientes situados sobre las mandíbulas, desmenuzan los alimentos sólidos, lo que permite aumentar su superficie y facilitar la acción posterior de los jugos digestivos. Al masticar se abre y cierra la mandíbula, moviéndola de un lado a otro, a la vez que la lengua distribuye el alimento entre los dientes, ayuda a amasarlo. Durante el proceso, los dientes desgarran y machacan los alimentos, descomponiéndolos en fragmentos más pequeños.
¿Recuerdas como es la estructura de un diente? Un diente consta de dos regiones principales, la corona y la raíz; la corona está recubierta de esmalte y es la parte expuesta del diente por encima de la encía. El esmalte es la sustancia más dura del cuerpo y resulta bastante quebradizo porque tiene una elevada mineralización con sales cálcicas. La raíz es la parte inferior del diente, incrustada en la mandíbula; la raíz y la corona están unidas por la región dental denominada cuello.
La superficie exterior de la raíz está cubierta por una sustancia denominada cemento, que une el diente a la membrana periodontal (ligamento). Este ligamento sujeta el diente en su lugar de la mandíbula. La dentina, un material similar al hueso, se encuentra por debajo del esmalte y forma el conjunto del diente. La pulpa (tejido conectivo, vasos sanguíneos y fibras nerviosas) aporta nutrientes a los tejidos dentales y sensibilidad en los dientes. Bajo la cavidad pulpar en la raíz se extiende un canal, que proporciona una vía de acceso para que los vasos sanguíneos, los nervios y otras estructuras accedan a la cavidad pulpar del diente.
¿Recuerdas cómo se clasifican los dientes? Los dientes se clasifican según su forma y funcionan como incisivos, caninos, premolares y molares. Los incisivos, con forma de cincel, están hechos para cortar; los caninos con forma afilada (colmillos) son para desgarrar o perforar. Los premolares y los molares presentan coronas anchas con puntas redondeadas y son los dientes mejor adaptados para machacar.
El primer grupo de dientes que se forma es el de los dientes primarios, también llamados dientes infantiles o dientes de leche (2I + 1C + 2Pm). Los primeros dientes que aparecen son los incisivos centrales inferiores. Los dientes primarios empiezan a salir en torno a los seis meses, y un bebé posee un grupo completo (20 dientes) a los dos años de edad. A medida que el segundo grupo dental, los dientes permanentes más profundos, crecen y se desarrollan, las raíces de los dientes de leche son reabsorbidas, y entre los seis y los doce años se sueltan y se caen (2I + 1C + 2Pm + 3M). Todos los dientes permanentes, excepto los terceros molares, ya han nacido al llegar al final de la adolescencia. Los terceros molares, también denominados muelas del juicio, nacen más tarde, entre los 17 y los 25 años. Normalmente, a los 21 años se han formado dos grupos de dientes. Aunque hay 32 dientes permanentes en un grupo completo, a menudo las muelas del juicio no salen del todo; a veces están completamente ausentes.
- La insalivación es la mezcla de los alimentos con la saliva, que se segrega a través de tres pares de glándulas salivales: parótidas, sublinguales y submandibular (submaxilar). Además la mucosa del paladar, mejillas, lengua y labios contienen numerosas glándulas salivares menores.
Las grandes glándulas parótidas se encuentran en la parte anterior de las orejas y por encima del masetero. Las paperas, una enfermedad infantil común, es una inflamación de las glándulas parótidas. Las submaxilares y sublinguales son glándulas más pequeñas, la submandibular está bajo el borde inferior de la mandíbula y la sublingual es más profunda, junto a la lengua en el suelo de la boca, ambas vacían sus secreciones en el suelo de la boca a través de conductos muy finos.
El producto de las glándulas salivares, la saliva, está compuesta principalmente de agua -un 99,5 %- y el 0,5 % restante son solutos tipo sales, diversas sustancias orgánicas y enzimas. La mucosidad de la saliva humedece y lubrica los alimentos facilitando su deglución, pues los une en una masa denominada bolo, que facilita las acciones de masticar y tragar.
El proceso de digestión se inicia en la boca porque la porción líquida de la saliva contiene una enzima (amilasa) que descompone el almidón en maltosa.
La saliva también contiene sustancias como la lisozima y anticuerpos (IgA) que inhiben las bacterias; por tanto, también cumple una función protectora, antiséptica. La saliva además contiene calcio y fosfato para la formación y mantenimiento de los dientes. Por último, pero no menos importante, la saliva humedece los alimentos para que puedan saborearse. Hay papilas con receptores del sabor en la superficie superior y los lados de la lengua. Y así, además de su función de manipulación de los alimentos, la lengua nos permite disfrutar de los alimentos y apreciar su sabor cuando los comemos. Una vez masticado y humedecido hablamos ya de bolo alimenticio.
La salivación se controla a través del SN, la activa el parasimpático y la detiene el simpático en casos de estrés. La boca se seca cuando se tiene miedo o si hay sensación de peligro.
04.2 FARINGE Y ESÓFAGO
La deglución es el proceso por el que el bolo alimenticio abandona la cavidad oral y llega al estómago, atravesando la faringe y el esófago. Comprende tres fases:
- Fase bucal: es voluntaria. El bolo alimenticio es propulsado por la lengua hacia el velo del paladar.
- Fase faríngea: es involuntaria. Es el paso del el bolo alimenticio por la faringe. La faringe es un tubo muscular común al aparato digestivo y respiratorio.

- Fase esofágica: es involuntaria, el bolo alimenticio pasa al esófago, un “pasillo” unos 25 cm de longitud que conduce el bolo alimenticio (peristalsis) hasta el estómago. El esófago es un tubo plegable, que se encuentra detrás de la tráquea y conecta la faringe y el estómago. Una vez que el bolo alimenticio alcanza el extremo distal del esófago, presiona el esfínter cardioesofágico, lo que hace que se abra y entra en el estómago. El papel del esófago es secretar moco y transportar el bolo alimenticio al estómago.

05 EL PROCESO DE DIGESTIÓN
El estómago, intestino delgado, intestino grueso, hígado y páncreas se encuentran situados en la cavidad abdominal separados de la cavidad torácica por el diafragma. En la cavidad abdominal los órganos se hallan envueltos por una membrana serosa llamada peritoneo.
05.1 EL ESTÓMAGO
El estómago es una bolsa con forma de C que se encuentra en el lado izquierdo de la cavidad abdominal, casi escondido por el hígado y el diafragma. El estómago comienza en el cardias, un esfínter que como vimos, regula la entrada del bolo alimenticio procedente del esófago e impide su regurgitación. Existe una continuidad entre el píloro y el intestino delgado a través del esfínter o válvula pilórica.
El tamaño del estómago varía de 15 a 25 cm, pero su diámetro y volumen dependen de la cantidad de alimento que contenga; cuando está lleno, su capacidad puede alcanzar los cuatro litros. El estómago funciona a la vez como depósito temporal de alimentos y como lugar donde son digeridos o destruidos. La pared está especializada, de modo que se diferencia de la del resto de los órganos en que es más musculosa. En la capa muscular, además de las láminas de musculatura circular y longitudinal, hay una tercera lámina con las fibras musculares situadas en sentido oblicuo. Gracias a esta organización, con tres subcapas musculares, la pared mueve los fragmentos del bolo alimenticio, los bate y mezcla, de modo que se rompen físicamente en porciones cada vez más pequeñas.
Además de la digestión física también hay digestión química pues en el estómago comienza la descomposición enzimática de las proteínas. La mucosa del estómago es un epitelio cilíndrico simple, se encuentra muy replegada formando millones de profundas fosas gástricas que conducen a las glándulas gástricas. Dichas glándulas secretan jugo gástrico, en concreto hay 4 tipos de células exocrinas:
- células de la mucosa del cuello (caliciformes) que secretan mucina, creando una capa protectora de moco alcalino rico en bicarbonato que se cubre y protege la superficie externa del epitelio frente a daños que pueden causar los ácidos y evita su digestión por parte de enzimas hidrolíticas, como la pepsina.
- células parietales que secretan HCl (ácido clorhídrico). Este ácido es muy fuerte, que contribuye a crear un pH ácido en la cavidad estomacal, lo cual cumple una función bactericida preventiva y a la vez activa el pepsinógeno para que se transforme en Pepsina.
- células principales (zimogénicas) que secretan pepsinógeno y lipasa gástrica. El pepsinógeno, que se activa en contacto con el HCl, es el precursor de la pepsina; esta enzima digestiva hidroliza parcialmente las proteínas, transformándolas en péptidos.
- células G y D que producen hormonas gastrina y somatostatina que controlan la actividad del estómago.
La pared del estómago es impermeable a la mayoría de las sustancias; sin embargo, el agua, los iones, ciertos medicamentos (especialmente la aspirina) y el alcohol pueden ser absorbidos a través de la mucosa del estómago. En general, el estómago tarda unas cuatro horas en vaciarse por completo después de que la persona haya consumido una comida equilibrada, y seis horas o más si la comida es rica en grasas.
El resultado de la digestión gástrica es una papilla ácido, el quimo, apta para pasar al duodeno. El estómago se vacía de forma gradual, de forma que el quimo, agitado por los movimientos de la pared del estómago, va pasando en pequeñas cantidades al duodeno, mediante la apertura y cierre del píloro, un esfínter situado entre ambos órganos.
05.2 INTESTINO DELGADO
El intestino delgado es un tubo estrecho y largo, de unos 6-8 m de longitud, que se divide en tres tramos: duodeno (duodenum digitorum o doce dedos, que alude a su corta longitud), yeyuno (jejunum que significa ayuno) e íleon (intestino enrollado), que miden respectivamente 0.2 m, 2.5 m, y 3.5 m. En el duodeno se completa la digestión del bolo alimenticio y en el yeyuno e íleon se realiza la absorción de los nutrientes.

La característica principal del intestino delgado son las numerosas vellosidades que presenta. El duodeno difiere del yeyuno e íleon en que sus vellosidades son más anchas, altas y numerosas por unidad de área, además contiene las glándulas de Brunner que segregan sustancias mucosas para proteger contra la acidez del quimo. Por su parte el yeyuno e íleon que son muy similares, el íleon tiende a ser un poco más estrecho.

LA DIGESTIÓN INTESTINAL
La digestión intestinal tiene lugar en el duodeno y se lleva a cabo por la acción de tres tipos de jugos digestivos que se complementan: la bilis, el jugo pancreático y el jugo intestinal. Estos jugos digestivos neutralizan la acidez del quimo e hidrolizan las biomoléculas orgánicas a sus monómeros más simple.
La bilis se produce en el hígado y el jugo pancreático proviene del páncreas, ambos líquidos desembocan juntos en la ampolla de Váter.
La bilis procede del hígado, normalmente es almacenada en la vesícula biliar. La bilis también es necesaria para la absorción de grasas (y otras vitaminas liposolubles [K, D y A] que se absorben junto con ellas); descompone los grandes glóbulos grasos en miles de glóbulos diminutos, de modo que proporciona una zona superficial mucho mayor para que trabajen las lipasas pancreáticas. Está compuesta principalmente por:
- Pigmentos biliares: proceden de la descomposición de la hemoglobina y se incorporan a las heces; se puede considerar un producto de excreción.
- Sales biliares: se encargan de emulsionar las grasas, es decir descomponerlas en pequeñas gotitas para facilitar el ataque enzimático de las lipasas.

El hígado actúa como una factoría química donde se realizan una extraordinaria variedad de procesos y se obtienen diversos productos de síntesis o transformación. El hígado recibe un doble suministro de sangre de la arteria hepática y la vena porta hepática, y toda la sangre que recibe sale del hígado a través de la vena hepática hacia la cava inferior.
EL HÍGADO Y SUS SECRECIONES
Recibe, almacena, procesa y distribuye los nutrientes tras la absorción a través de la vena porta.
- Almacena y libera carbohidratos (en forma de glucógeno), desempeñando un papel central en la regulación de la glucosa sanguínea.
- Procesa aminoácidos, que se convierten en carbohidratos, o que son canalizados a otros tejidos del cuerpo donde sirven de materia prima para la síntesis de proteínas esenciales, tales como enzimas y factores de coagulación.
- Fabrica las proteínas del plasma que tornan a la sangre hipertónica en relación con los fluidos intersticiales, lo cual impide el movimiento osmótico de agua desde el torrente sanguíneo a los tejidos.
- Es la fuente principal de las lipoproteínas del plasma, incluyendo LDL y HDL, que transportan colesterol, grasas y otras sustancias insolubles en agua por el torrente sanguíneo, y es de importancia central en la regulación del colesterol sanguíneo.
- Almacena hierro y vitaminas solubles en grasas, como las A, D y E. También activa la vitamina D (la piel también puede hacer esto con 1 hora de luz solar a la semana).
- Degrada la hemoglobina de los glóbulos rojos muertos o dañados a bilirrubina.
Inactiva hormonas, desempeñando así un papel importante en la regulación hormonal. También degrada sustancias extrañas, algunas de las cuales – como el alcohol- pueden formar productos metabólicos que dañan a las células hepáticas e interfieren en sus funciones.
LA VESÍCULA BILIAR
La vesícula biliar es un pequeño saco verde de paredes finas que se encuentra en una fosa poco profunda en la superficie inferior del hígado. Cuando no hay digestión de alimentos, la bilis entra en la vesícula biliar para su almacenamiento. La vesícula biliar absorbe el agua que contiene la bilis de modo que se va concentrando, haciéndose más potente. Más adelante, cuando entran alimentos grasos en el duodeno, un estímulo hormonal hace que la vesícula biliar se contraiga y la bilis almacenada salga a borbotones hasta el duodeno.
EL PÁNCREAS Y SUS SECRECIONES
El páncreas es una glándula lobulada, alargada y rosada, que se encuentra en la parte posterior del peritoneo.

El páncreas endocrino es una glándula productora de hormonas que segrega insulina y glucagón. Estas hormonas participan en la regulación de la glucosa en sangre. La porción exocrina segrega jugo pancreático, que a través del conducto de Wirsung se une a la bilis que viene de la vesícula biliar desembocando en la ampolla de Vater en el duodeno.
El jugo pancreático contiene agua, iones y enzimas:
- Amilasa: descompone el almidón en el disacárido maltosa.
- Lipasa pancreática: hidroliza las grasas y las descompone en glicerina y ácidos grasos.
- Tripsina: hidroliza los polipéptidos en péptidos más sencillos.
- Bicarbonato de sodio: neutraliza la acidez proveniente del estómago con un pH ligeramente alcalino (7.1 a 8.2), deteniendo la actividad de la pepsina del estómago y la promoviendo la actividad de las enzimas pancreáticas.
GLÁNDULAS INTESTINALES Y SUS SECRECIONES
Finalmente, el jugo intestinal es elaborado por la propia mucosa intestinal del duodeno, en células situadas en las criptas de Lieberkhun y contiene los siguientes enzimas:
- Maltasa, lactosa, sacarasa: descomponen los disacáridos en monosacáridos.
- Lipasa intestinal: junto con la pancreática, descompone las grasas.
- Peptidasa:hidroliza los péptidos sencillos originando aminoácidos.
El resultado de todos estos jugos origina una papilla blanquecina, denominada quilo, que contiene los nutrientes resultantes de la digestión, junto con el agua, sales minerales y vitaminas. En el quilo también se encuentran sustancias que no han sido digeridas, como las fibras de celulosa en el caso de la mayoría de los mamíferos.
Todas las modificaciones estructurales que aumentan la superficie intestinal se reducen en número en su porción final; en contraste, las colecciones locales de tejido linfático (denominadas ganglios linfáticos agregados) que se encuentran en la submucosa aumentan en número hacia el final del intestino delgado. Esto se explica porque el residuo alimentario restante, que ha quedado sin digerir en el intestino, contiene una gran cantidad de bacterias, cuyo acceso al torrente circulatorio debe evitarse a toda costa.
Los aminoácidos y monosacáridos pasan a los capilares sanguíneos, pero la mayor parte de los derivados de los lípidos, en forma de quilomicrones pasan a la linfa. Los quilomicrones son partículas esféricas de lipoproteínas que reúnen triglicéridos, fosfolípidos y el colesterol ingeridos en la dieta, llevándolos hacia los tejidos a través del sistema linfático.
06. ABSORCIÓN
06.1 INTESTINO DELGADO
El intestino humano presenta una superficie de unos 300 m2 (tamaño de una pista de tenis de dobles). Los nutrientes (sustancias útiles) pasan desde el tubo digestivo (que es en realidad el medio externo), a través de las células del epitelio intestinal a la sangre circulante, o sea, que entran en nuestro medio interno. Recordad que son transportados por medio de venas que convergen en la vena porta-hepática y se dirigen hacia el hígado. La absorción se realiza molécula a molécula y se produce por diferentes procesos, como difusión, difusión facilitada, osmosis y/o transporte activo. Casi toda la absorción de los alimentos se realiza en el yeyuno e íleon, que presentan una enorme superficie de absorción. El intestino delgado es un tubo estrecho y largo; su longitud varía según el tipo de alimentación del animal, siendo más largo en aquellos cuya dieta contiene mayor cantidad de vegetales.

Los pliegues circulares son pliegues profundos de las capas mucosa y submucosa; a diferencia de las rugosidades del estómago, estos pliegues circulares no desaparecen cuando los alimentos llenan el intestino delgado, hace que el quilo circule en espiral mientras pasa a través de las paredes.
Las vellosidades son proyecciones con forma de dedo de la mucosa que le confieren un aspecto y una apariencia aterciopelados, similar al tejido de una toalla. En cada vellosidad hay una arteriola y una vénula que se conectan formando un lecho capilar y además un capilar linfático modificado denominado vaso quilífero.
Las microvellosidades son diminutas proyecciones de la membrana plasmática de las células mucosas que proporcionan un aspecto velloso a la superficie celular, algunas veces denominada borde ciliado. Las membranas plasmáticas de las células llevan enzimas (enzimas de bordes ciliados) que completan la digestión de las proteínas y los hidratos de carbono en el intestino delgado.
Todas las modificaciones estructurales que aumentan la superficie intestinal se reducen en número en su porción final; en contraste, los ganglios linfáticos de la submucosa aumentan hacia el final del intestino delgado. Esto se explica porque los residuos sin digerir contienen una gran cantidad de bacterias, cuyo acceso al torrente circulatorio debe evitarse a toda costa.

06.2 INTESTINO GRUESO
El resto del quilo que no fue absorbido en el intestino delgado sigue su camino hacia el intestino grueso a través de la válvula ileocecal. Aquí, estos restos –en gran parte compuestos de fibra de celulosa- sufren las últimas modificaciones. El intestino grueso mide de 1.5 a 2 m de longitud, y su mucosa también presentan repliegues transversales (pero no vellosidades intestinales) para aumentar la superficie de absorción.
La pared del intestino grueso está tapizada por glándulas que segregan mucus pero no producen jugos digestivos. En el intestino grueso se pueden diferenciar tres zonas: ciego, colon y recto.
1. El ciego es la primera porción, constituye un saco situado en posición inferior a la válvula ileocecal que se prolonga en un apéndice vermiforme, un órgano lleno de células linfoides con función defensiva.
2. El colon se divide en varias regiones distintas. El colon ascendente recorre hacia arriba la parte derecha de la cavidad abdominal y realiza un giro, la flexura derecha (o hepática) del colon, para cruzar la cavidad abdominal como el colon transverso. Vuelve a girar en la flexura izquierda (o esplénica) del colon y continúa hacia abajo por el lado izquierdo como el colon descendente, para entrar en la pelvis, donde se convierte en el colon sigmoide con forma de S. El colon sigmoide, el recto, y el canal anal se encuentran en la pelvis.
El canal anal termina en el ano, el cual está abierto al exterior. El canal anal presenta un esfínter voluntario externo (el esfínter anal externo) de músculo esquelético y un esfínter involuntario interno (esfínter involuntario interno) de músculo liso. Estos esfínteres suelen estar cerrados excepto durante la defecación, cuando se eliminan las heces del organismo.
Puesto que la mayoría de los nutrientes han sido absorbidos antes de llegar al intestino grueso, no hay ninguna vellosidad o pliegues circulares presente en él, pero se encuentran gran cantidad de células caliciformes (de Lieberkühn) en la mucosa que producen moco alcalino (rico en HCO3) que actúa como lubricante para facilitar el paso de las heces hasta el final del tracto digestivo.

- El principal componente de las heces es la celulosa, un polísacárido de elevado peso molecular que los vertebrados no pueden degradar debido a que carecen de las enzimas necesarias. En el caso de humanos su papel como nutriente es mínimo; sin embargo, las moléculas de celulosa retienen agua y estimulan el peristaltismo, lo que favorece la digestión mecánica y contribuye a mantener en buen estado las paredes del tubo digestivo.
- Absorción del agua: Aunque la mayor absorción de agua se produce en el intestino delgado, el intestino grueso también absorbe una cierta cantidad, es por tanto un órgano importante para mantener el equilibrio de agua del cuerpo. A medida que los residuos se acercan al tramo final, impulsados por movimientos peristálticos, se van espesando y adquiriendo una consistencia semisólida, formándose así las heces fecales.
- Las fermentaciones están causadas por bacterias simbióticas que vive sobre las paredes del intestino grueso forman la flora intestinal. Estas bacterias se alimentan los restos del bolo alimenticio que no se han digerido y/o absorbido produciendo gases intestinales y dando a las heces su olor característico. Sabemos que estas bacterias juegan un papel crucial para mantener la salud de las personas y entre otras, cabe destacar su función de sintetizar vitamina K (antihemorrágica) y vitaminas del grupo B (diversas funciones), que son imprescindibles para el organismo.
- Cuando en el recto se acumulan las heces se produce la defecación. Al estar lleno la presión empuja las paredes del canal y el recto se acorta, de forma que las ondas peristálticas propulsan las heces hacia el ano. El recto suele estar vacío, pero, cuando las heces se introducen en él a través del movimiento de masa y se estrecha su pared, comienza el reflejo de la deposición o gastrocólico es un reflejo medular (zona del sacro, parasimpático) que permite que las paredes del colon sigmoide y el recto se contraigan y los esfínteres anales se relajen. A medida que las heces se expulsan por el canal anal, el cerebro recibe mensajes que nos dan tiempo para decidir si el esfínter externo debe permanecer abierto o no, para detener el paso de las heces. Si no es conveniente, la defecación puede retrasarse temporalmente. En unos segundos, las contracciones reflejas finalizan y las paredes del recto se relajan. En el siguiente movimiento de masa, vuelve a iniciarse el reflejo de defecación.
Las dietas que incluyen fibra (verduras, frutas, legumbres), producen heces que absorben agua y están bien lubricadas. Por el contrario en las dietas pobres en celulosa, las heces que se forman son duras y con poca agua, recorriendo con dificultad el intestino grueso y originando estreñimiento.
07 REGULACIÓN DEL PROCESO DIGESTIVO
La pared del tubo digestivo posee receptores que detectan el paso del quimo y los nutrientes que lo componen. Estos estímulos producen respuestas nerviosas y hormonales.
REGULACIÓN NERVIOSA
El sistema nervioso entérico regula la actividad de la musculatura lisa de la pared del tubo digestivo y de las glándulas secretoras, controlando la mezcla del alimento con los jugos digestivos y su tránsito por el tubo digestivo.

Además, las fibras nerviosas simpáticas y parasimpáticas activan o inhiben la función digestiva. Esta acción puede estar causada por estímulos procedentes del exterior, como la visión y el olor de la comida y los estados emocionales.
REGULACIÓN HORMONAL
El paso del quimo por el estómago e intestino, provoca que las glándulas hormonales de estos epitelios liberen al sistema circulatorio GASTRINA, SECRETINA y COLECISTOQUININA.
08 ENFERMEDADES DEL APARATO DIGESTIVO
Es muy frecuente que los niños tengan caries en los dientes de leche. Muchas veces los padres no le dan la importancia que deberían. Mantener los dientes de leche es muy importante. Vamos a ver por qué:
- Mantienen el espacio para la salida de los dientes definitivos. Si se pierden antes de tiempo, los dientes adyacentes se moverán y ocuparán el espacio libre y el diente definitivo no tendrá sitio por donde salir.
- Las caries en dientes de leche pueden producir dolor e infección al igual que un adulto.
- La ausencia de dientes en algún sector obligará al niño a alterar su patrón masticatorio, alterando el desarrollo normal de las arcadas dentarias. En el futuro el niño necesitará ortodoncia.
Muchos padres creen erróneamente que los dientes de leche no tienen nervio o pulpa dental en su interior. Cuando la caries llega al nervio causa inflamación y dolor. En ocasiones puede llegar incluso a afectar a los dientes definitivos.