Las algas son protoctistas fotosintéticos que viven en un medio acuático. Pueden ser unicelulares y pluricelulares, pero no forman tejidos verdaderos ni haces vasculares. Estos organismos son de gran importancia, puesto que muchas de estas algas habitan cerca de la superficie del océano y forman el fitoplancton. Estos organismos generan casi el 100 % de la producción primaria en los sistemas oceánicos y el 40 % de la producción primaria en todo el planeta, y liberan una gran cantidad de oxígeno a la atmósfera.
A las algas las solemos clasificar en función de su pigmentación, la que provoca que tengan colores diferentes. Las más representativas son:
- Clorophyta: Algas verdes. Las hay unicelulares y pluricelulares. Poseen cloroplastos con clorofila a y b y almidón como reserva en el interior de los cloroplastos. También poseen flagelos en algún momento de su ciclo vital. Posiblemente fueron los organismos a partir de los cuales evolucionaron las plantas terrestres. Algunos unicelulares pueden ser coloniales como Volvox.
En el pasado las clasificamos dentro del reino Plantae. La mayoría son acuáticas y habitan tanto en océanos como en aguas continentales, aunque algunas pueden asociarse simbióticamente con hongos y dar lugar a líquenes que viven sobre rocas o troncos de árboles.
- Rhodophyta: También llamadas algas rojas. Se caracterizan por su inmovilidad debido a la carencia de flagelos en todas las etapas de su ciclo vital. Poseen varios pigmentos, entre ellos clorofila a y carotenoides, que enmascaran el color verde de la clorofila y les otorgan el color rojo. Gracias a la combinación de sus pigmentos, están bien representadas en aguas profundas ya que pueden captar la luz a profundidades mayores que otros tipos de algas. Como ejemplo extremo se han encontrado rodofitas viviendo en las laderas de una montaña submarina a la profundidad de 268 m, donde solo es capaz de penetrar el 0,001% de la luz de la superficie
Prácticamente, todas son marinas y algunas son muy importantes, ya que las utilizamos como alimento o aditivos alimenticios como el agar.
- Phaeophyta: Conocidas también como algas pardas. Las algas pardas comprenden formas pluricelulares con un sistema de tubos capaces de funcionar como un sistema vascular caparz de transportar agua y productos de la fotosíntesis. Como pigmentos presentan clorofilas a, c1 y c2 y fucoxantina (responsable del color pardo) que presentan estas algas. Los cloroplastos están rodeados de cuatro membranas, por lo que se supone que son el resultado de la endosimbiosis secundaria de un alga roja.
Viven en mares templados y costas frías, y pueden llegar a formar grandes «bosques oceánicos». Aunque también las hay microscópicas, algunas puede alcanzar hasta 100 metros de longitud (bosques de kelp, Los bosques de kelp están formados por el alga Macrocystis pyrifera, crecen de 30 a 60 cm al día y poseen neumatocistos llenos de gas (O2, CO2, N2) que les ayudan a flotar. ¿Conoces la importancia de estos bosques para el mantenimiento de la biodiversidad del ecosistema acuático?
- Diatomeas: Forman parte del fitoplancton. Son unicelulares y en ocasiones forman colonias.
Están protegidas por una pared de sílice llamada tecas o frústulas que muestran una amplia variedad en su forma. Las reservas de alimento se almacenan como carbohidratos o aceites, que además de servir de reserva, contribuyen a su flotabilidad.
Sus individuos carecen de flagelo, pero están presentes en gametos. Las diatomeas tienden a formar cadenas de células, y estas cadenas ayudan a la flotabilidad de las células para así mantenerse en las aguas superficiales con mayor incidencia de luz por más tiempo. Algunas especies regulan activamente su flotabilidad con los lípidos intracelulares para hacer frente al hundimiento.
- Dinoflagelados: Son unicelulares y pueden formar colonias, pero se diferencian de las diatomeas en que los individuos dinoflagelados presentan flagelos.

Algunos dinoflagelados pueden emitir luz a través de la bioluminiscencia, otros son responsables de las mareas rojas y floraciones algales nocivas.
En Florida, un alga conocida como Karenia brevis produce toxinas que provocan problemas gastrointestinales y neurológicos si se ingieren. En el 2017, una proliferación se extendió a lo largo de 160 kilómetros de costa.