El comportamiento humano tiene múltiples condicionantes abordados en un primer momento por disciplinas como la Genética, la Etología o la Neurociencia. La Psicobiología ha ido integrando todas esas aportaciones creando un nuevo marco de análisis del comportamiento.
PSICOLOGÍA EVOLUCIONISTA
La Psicología evolucionista estudia las causas lejanas de la conducta, es decir, las diferencias de conducta entre las especies. Esta disciplina parte de la base de que para comprender la conducta humana debe tenerse en cuenta su historia evolutiva. Para ello, recurre al análisis comparado de la conducta en el contexto de las relaciones filogenéticas de las especies. Este tipo de estudios involucra a otras disciplinas:
- La Etología: Sus estudios se centran en el estudio de la conducta de diversas especies animales en condiciones naturales analizando el control neuronal de dicho comportamiento (Neuroetología)
- La Ecología del Comportamiento: Estudia determinadas estrategias conductuales en relación con sus implicaciones ecológicas y evolutivas.
- La Sociobiología: Estudia las bases biológicas del comportamiento social y es resultado de la confluencia de la Genética de Poblaciones, la Ecología y la Etología «es el estudio sistemático de la base biológica de todas las formas de comportamiento social en toda clase de organismos». Su propósito es formular leyes generales que puedan explicar el comportamiento social humano.
- Genética de la Conducta: En 1869, Francis Galton da a conocer los primeros estudios sobre la herencia de la capacidad mental humana, en el libro El genio hereditario: examen de sus leyes y consecuencias, en el que pone de manifiesto la existencia de una correlación entre la proximidad familiar y la capacidad mental.
Plomin, profesor de genética del comportamiento del
Instituto de psiquiatría de Londres, en esta disciplina
se pueden distinguir tres tipos de enfoques: el centrado en el gen, que comienza con un efecto genético
sencillo y estudia su influencia sobre la conducta. El
enfoque centrado en la fisiología, que se concentra en
los intermediarios fisiológicos entre genes y conducta,
pudiendo tomar dos direcciones, una dirigida a averiguar los genes responsables de dichos intermediarios
fisiológicos y otra a estudiar el efecto que éstos tienen
sobre la conducta. El tercer enfoque comienza en la
conducta y trata de averiguar en qué medida las influencias genéticas o ambientales afectan a la misma.
Como hemos comentado, los condicionantes genéticos son modulados por los factores epigenéticos.
Del estudio de estas interacciones y de las consecuencias que ellas tienen sobre la conducta se encarga la
Psicobiología del desarrollo. Gracias a los trabajos
realizados dentro de esta disciplina se han descubierto, por ejemplo, las alteraciones que se producen en el
desarrollo de la corteza cerebral cuando existe una deficiencia de hormonas tiroideas en la etapa prenatal o los
efectos de la privación sensorial y el aislamiento social.
Los condicionantes inmediatos de la conducta
son competencia de disciplinas como la Psicología Fisiológica que, mediante la intervención sobre el SN,
estudia las bases biológicas del comportamiento, intentando explicar los cambios en el organismo durante
el desarrollo de una conducta; la Psicofarmacología,
que se centra en el estudio de las características estimulares de los fármacos y las drogas de abuso, así
como en la influencia que sobre ese efecto tienen las
variables ambientales; la Psicofisiología que estudia,
sin manipular el SN, los cambios fisiológicos producidos en humanos ante determinadas situaciones o
tras la presentación de distintos estímulos o la Psiconeuroendocrinología, disciplina que centra su interés
en conocer los mecanismos por los que las hormonas
afectan al SN, la conducta y a los procesos psicológicos, y cómo éstos a su vez pueden influir sobre el
sistema endocrino.
En el ámbito clínico, como una confluencia entre
la Psicología y la Neurología, y con el fin, en origen, de
estudiar los efectos que las lesiones del SNC provocaban sobre la conducta y los procesos mentales, surgió
la Neuropsicología. Esta disciplina se centra, dentro
del contexto clínico, en conocer qué estructuras del
sistema nervioso participan en los procesos psicológicos humanos como el aprendizaje, la memoria, el lenguaje, los procesos cognitivos, el procesamiento de la
información, la resolución de problemas o los procesos
emocionales. Recientemente, centrada en los procesos
cognitivos, surge la Neurociencia Cognitiva.