BIOLOGÍA y GEOLOGÍA

MATERIAL DIDÁCTICO ESO BACHILLERATO

LA DERIVA CONTINENTAL

Antecedentes históricos

Durante los siglos XVI y XVII los cartógrafos observaron las costas de Sudamérica y África y consideraron, sin poder explicar, que parecían fragmentos de un continente mayor y que, si estos fragmentos se aproximaban, encajaban casi perfectamente.

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En 1885, el geólogo suizo Suess, basándose en la distribución de las plantas fósiles y los sedimentos de origen glaciar, propuso la existencia hace millones de años de un supercontinente que incluía India, África y Madagascar, añadiendo después Australia y Sudamérica. A este supercontinente lo llamó Gondwana. En aquellos tiempo, teniendo en cuenta las dificultades que tendrían las plantas para poblar continentes separados por miles de kilómetros de mar abierto, los geólogos pensaban que los continentes habrían estado unidos por puentes terrestre hoy sumergidos. 

DERIVA CONTINENTAL

El meteorólogo alemán Alfred Wegener (1880-1930), no contento con la explicación de los puentes terrestres  fue quien propuso que los continentes en el pasado geológico estuvieron unidos en un supercontinente de nombre Pangea, que posteriormente se habría disgregado por deriva continental.

Esta idea sería el germen que acabaría dando medio siglo después la teoría de la tectónica de placas. Ten en cuenta que Wegener no habló en ningún momento de placas, sino de continentes a la deriva. El concepto de placa tectónica no llegaría hasta la década de los años 60.

PRUEBAS A FAVOR DEL PANGEA Y LA DERIVA CONTINENTAL:

Hoy en día aceptamos la existencia de un supercontinente Pangea en el pasado. En realidad ha habido más de una decena y éstos se formaban y fragmentaban de forma continua marcando el clima y la evolución de la vida en nuestro planeta. Algunos ejemplos son Rodinia o Pannotia y lo que sabemos es que éste proceso aún no se ha detenido. Incluso se estudia como evolucionarán los actuales continentes que en el futuro formarán Novopangea.

pangea_actualidad

Como puedes ver, en el siglo XX, hemos pasado de la negación de la existencia de un supercontinente, a la aceptación de muchos de muchos de ellos. La ciencia se construye con hipótesis que hay que intentar comprobar con pruebas o experimentos. Wegener cuando formuló su Hipótesis de La deriva continental presentó los siguientes argumentos o evidencias a su favor:

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  • Evidencias paleontológicas: Existencia de fósiles iguales en continentes actualmente separados. Algunos de ellos eran terrestres como reptiles (Mesosaurus en Sudamérica y África) o plantas (Glossopteris en América, África, Madagascar, India, Antártida y Australia) , por lo que no era posible que hubieran podido cruzar el océano. Para Wegener, era una  prueba de que los continentes estuvieron unidos en Pangea hace millones de años.
  • Evidencias paleoclimáticas: Indicios de climas primitivos iguales en lugares con climas muy diferentes actualmente. Un ejemplo son la acción geológica de casquetes polares (producen unas rocas características llamadas tillitas) en lugares donde actualmente es imposible su existencia como el Sur de Australia. Otras rocas sedimentarias como el yeso y la halita se depositan en un clima árido, o el carbón en un clima tropical. Dibujó un mapa con los climas antiguos y observó que no se podrían haber dado en los continentes en las posiciones actuales.
  • Evidencias morfológicas. La complementariedad de los contornos de los continentes, incluyendo América del Sur y África, que encajan como piezas de un rompecabezas. Este encaje es mucho mayor a nivel de la plataforma continental, como puedes ver en la imagen.
  • Evidencias geológicas o litológicas. La existencia de rocas iguales y con la misma edad y naturaleza, en continentes actualmente separados. Wegener observó que algunas cadenas montañosas continuaban a ambos lados del Atlántico. Tenían la misma edad y tipos de rocas, por lo que creía que habrían estado unidas
  • Evidencias geomagnéticas: Los minerales magnéticos de las rocas, cuando se forman, quedan orientados señalando el polo norte, igual que lo hace la aguja de una brújula. Los minerales magnéticos que componen rocas de la misma edad, deberían señalar el polo norte pero indican direcciones distintas. Además el ángulo también debería ser el mismo para rocas de la misma latitud y no lo es, por lo que parece evidente que se han desplazado. Si trasladamos los continentes a su posición original, estos minerales apuntarían hacia un único polo y con el ángulo correcto.

Wegener publicó su teoría en 1915, tuvo poco reconocimiento aunque presentó bastantes pruebas que corroboraban su hipótesis sobre la deriva continental. No pudo convencer a la comunidad científica. El punto flojo de su teoría estaba en que no podía explicar el mecanismo con el que se desplazan los continentes.

Wegener propuso que la fuerza centrífuga originada por la rotación terrestre era la que arrastraba los continentes. A su vez, los continentes iban empujando los sedimentos marinos que estaban en su camino formando las cadenas montañosas. Pero la fuerza centrífuga no parecía ser tan fuerte como para arrastrar los continentes ni explicaba por qué había cadenas montañosas en otros lugares.

Cuando en los años 60, con los avances geofísicos, se consiguió explicar el mecanismo por el que se desplazaban los continentes, a Wegener se le dio el reconocimiento científico que se le negó cuando propuso su hipótesis.

Las ideas de la deriva continental de Wegener, terminarían por dar forma 50 años más tarde a la actual TEORÍA DE LA TECTÓNICA DE PLACAS.

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