Las pruebas recogidas por los exploradores robóticos enviados a Marte sugieren que el planeta rojo fue hace millones de años un mundo húmedo, bañado por océanos y ríos en el que se producían incluso gigantescos tsunamis.

Más recientemente, han aparecido indicios de que en la actualidad el agua sigue fluyendo, al menos estacionalmente. Imágenes tomadas por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) planteaban que, bajo la superficie del planeta, ciertas cantidades de agua salada permanece líquida y se escurre hacia la superficie de vez en cuando. En aquellas fotografías aparecían manchas oscuras que se podrían explicar con la presencia de agua líquida a unos 23 grados bajo cero, algo posible gracias a las sales que contendrían. Estos flujos harían más probable también la posibilidad de vida en el subsuelo marciano.

Sin embargo, un nuevo estudio, plantea que en lugar de agua las manchas sean corrientes de arena moviéndose en un modo parecido al agua líquida. Este nuevo escenario alejaría la posibilidad de encontrar vida en el Marte presente.
Las corrientes de arena se han encontrado por todo el planeta, desde el Valles Marineris, el gigantesco sistema de cañones que recorre la región ecuatorial marciana, hasta las llanuras del norte. Los flujos de arena aparecen en las épocas más templadas del año y desaparecen cuando retorna el frío, algo que hizo pensar que pudiese tratarse de agua líquida. Posiblemente que estas estructuras hayan sido provocadas por arena seca, hipótesis más compatible con otras pruebas que indican que el Marte actual es muy seco. Además estas estructuras son parecidas a las laderas que se observan en las dunas de arenas, donde el movimiento está provocado por flujos de material granular seco. Los científicos rechazan ahora que se deba a la presencia del agua.
Más información: Agua en Marte